El presidente del Partido Popular, José Manuel Soria, tras su salida del Gobierno de Canarias, ha iniciado una intensa campaña con la que pretende justificar ante los suyos su marcha del Ejecutivo y arremeter contra Coalición Canaria desacreditando los logros obtenidos por nuestro partido a través del acuerdo firmado en Madrid para el año 2011.
La estrategia del líder popular consiste, básicamente, en recurrir una y otra vez al tema de las aguas territoriales para tratar de restar fuerza a una iniciativa que permitirá que nuestro Archipiélago cuente con mar propio y podamos acceder, sin tener que recurrir al derecho internacional, a las riquezas marinas que nos corresponden. Ésa es, como comentaba en un artículo reciente, la realidad que se empeña en ocultar el Partido Popular.
El mismo PP que, en 2007 y 2009, apoyó una iniciativa similar, hoy se desdice y se desmarca del proyecto sin que exista una razón aparente que lo justifique.
No creo que, en tan sólo un año, el Partido Popular haya dado un giro de 180 grados en su posicionamiento con respecto a las aguas territoriales dado que, en ese caso, nos encontraríamos ante un partido-veleta sin palabra y sin credibilidad ante los ciudadanos.
El PP trata infructuosamente y con malas artes de que la opinión pública crea que nuestra vieja reivindicación es una aspiración carente de sentido y que no tendrá consecuencias positivas para nuestro desarrollo como archipiélago ni para nuestra economía.
Las cifras, pese al empeño del PP, dicen todo lo contrario. No sólo nuestra extensión se multiplicaría por cinco, pasando de 7.450 a 38.600 kilómetros cuadrados, sino que, además, permitiría incrementar nuestra riqueza económica gracias al acceso de los recursos marinos.
El PP es consciente -tanto como nosotros- que una vez que dicha iniciativa prospere Canarias dará un salto cualitativo y cuantitativo en muchos aspectos. Y de ahí su desnortada campaña para tratar de restar fuerza y valor a un proyecto que cuenta con el beneplácito de la inmensa mayoría de la sociedad canaria.
Es por ello que, tras leer el último artículo de José Manuel Soria, titulado “menos gasto, más empleo”, yo le recomiendo “menos demagogia, más trabajo”.
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