Las aguas canarias: el mar que antes nos separaba y ahora nos une

Canarias multiplicará por cinco su extensión cuando entre en vigor la proposición de ley sobre “aguas canarias” impulsada por Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados. Canarias pasará de ser uno de los territorios más pequeños a uno de los más extensos del Estado, superando a Comunidades Autónomas como Galicia y Cataluña.

Y, sobre todo, se consagrará a efectos legales una realidad que para los que residimos en las Islas es un hecho más que evidente. Canarias será un archipiélago con un ámbito territorial único constituido por nuestra tierra y nuestro mar. El agua que hoy nos separa será, a partir de ese momento, un solo mar que fortalecerá la unidad de todos los canarios.

Asistimos, sin duda, a uno de los hitos más sobresalientes de nuestra historia reciente. La nueva legislación permitirá que los canarios gestionemos el futuro de nuestro mar. Nos corresponderá a nosotros legislar sobre materias tan sensibles e importantes para Canarias como la pesca, la protección del medio marino, las investigaciones de hidrocarburos, etcétera.

El nuevo territorio estará integrado por cada una de las Islas e islotes y el perímetro de mar resultante de la unión de todas las Islas mediante líneas de bases rectas. La extensión de nuestro territorio pasará, a partir de ese momento, de más de 7.000 kilómetros cuadrados a más de 36.000 kilómetros cuadrados.

Este hecho será clave, en un futuro, para ampliar el poder de Canarias en la financiación que el Estado distribuye entre las Comunidades Autónomas. El territorio es una de las variables que se utiliza para el reparto de los fondos estatales y la multiplicación de nuestro territorio nos permitirá contar con más recursos económicos para financiar las áreas que gestionamos en Canarias.

Los beneficios que aportará la entrada en vigor de esta proposición de ley son múltiples, además del hecho que supone la consolidación del espacio geográfico de Canarias como un territorio único. En definitiva, como un archipiélago.

Sin embargo, pese a que los datos objetivos revelan que Canarias dará un paso de gigante en muchos aspectos, algunas voces han tratado de restar valor y desacreditar un acuerdo que permitirá avanzar en la construcción de un pueblo más unido y más fuerte.

Extraña, especialmente, el voto en contra de los diputados del Partido Popular. Es decir, de los mismos diputados que en 2003, 2005 y 2009 dijeron que esta reivindicación era un acto de justicia con un sentimiento unánime del pueblo canario y, paradójicamente, ahora cambian radicalmente su discurso para oponerse a dicho acuerdo, anteponiendo sus intereses partidistas a las aspiraciones del pueblo canario.

Otros, en cambio, han dicho que la ley de las aguas canarias contradice el derecho marítimo internacional. Nada más lejos de la realidad. España ha hecho lo mismo que ha aplicado Portugal en sus archipiélagos de Azores y Madeira, y otros países como Australia, Dinamarca, etcétera.

Nuestro caso es similar al de Portugal y nadie ha puesto en entredicho ante los organismos internacionales la definición de las aguas archipielágicas por parte de las autoridades lusas. Y nadie podrá hacerlo en el caso de Canarias dado que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, celebrada en Montego Bay (Jamaica) en 1982, no contraviene el acuerdo alcanzado con respecto a Canarias.

En definitiva, pese al empeño de muchos en ocultar los avances que conlleva esta ley, nosotros nos alegramos de que, tras muchos años de espera, seamos testigos de un acuerdo HISTÓRICO con mayúsculas. Y todo ello ha sido gracias al esfuerzo de muchos, pero me gustaría subrayar dos nombres: Victoriano Ríos Pérez y Miguel Ángel Barbuzano.