miércoles, 25 de noviembre de 2009

La firmeza de Aminatou


Anoche acompañé a Aminatou Haidar, en las gélida terminal del aeropuerto de Lanzarote, y apenas tengo palabras para describir la entereza y firmeza de una mujer dispuesta a sacrificar su vida por la defensa del pueblo saharaui y para que se repare la injusticia que se ha cometido con ella con la connivencia de los Gobiernos de España y Marruecos.

No existe un solo adjetivo que defina a una mujer, de 42 años, con dos niños, que ha vivido situaciones extremas en minúsculas celdas marroquíes, y que, tras ser desposeída de su documentación en su propia casa, en El Aaiún, está dispuesta a persistir en su huelga de hambre hasta su muerte.

Decía el actor Guillermo Toledo que “Aminatou ve más con un solo ojo que todo el Gobierno español junto” y no le falta razón. Haidar es una mujer que ha sacrificado casi toda su vida para hacer visible la opresión de su pueblo y la hostilidad de las autoridades marroquíes y sus convicciones son mucho más fuertes que su debilidad física.

Pese a las secuelas de sus largos periodos en prisión y las torturas sufridas a manos de sus verdugos, Aminatou no pierde la esperanza y, pese a que resulte paradójico, se agarra fuertemente a la vida para extender su lucha más allá de este triste episodio de la que ha sido víctima por la impunidad con la que actúa Marruecos y la ineptitud del ministro Moratinos.

Esta mujer, que transmite una paz indescriptible por la suave cadencia de su voz, nos ha dado a todos una lección que, en mi caso, no se me olvidará jamás. Desde la primera vez que coincidí con Aminatou (la última de ellas en Las Palmas de Gran Canaria) me impactaron sus sobrecogedoras palabras y la firmeza de su mensaje.

Anoche, además, descubrí a la persona que se esconde detrás del que, sin duda, hoy es uno de los iconos más importantes del pueblo saharaui. Una persona rota por el amor a sus hijos, pero con una fuerza moral inmune a los achaques de su endeble salud y a las injusticias de dos países que, una vez más, han puesto en evidencia que existen deudas mutuas que provoca que actúen con tanta impunidad.

Que Marruecos no respete los derechos humanos no es ninguna novedad, pero que Moratinos permita que en nuestro territorio se cometa semejante atrocidad es un motivo más que suficiente para cuestionar su continuidad como ministro de Asuntos Exteriores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario