Las propuestas confusas e improvisadas del Gobierno del Estado, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, no contribuyen a ofrecer respuestas sólidas y eficaces para reducir el déficit, la deuda pública y poner fin al crecimiento del desempleo en España.
La confusión que genera la improvisación del Gobierno del Estado, con propuestas que carecen del más mínimo rigor, sólo contribuye a generar más desconfianza en la ciudadanía y escepticismo con respecto a las recetas económicas de Zapatero.
Tanta imprecisión nos obliga a exigirle a Zapatero que ponga fin al serial de torpezas políticas y presente, ante la Unión Europea, un Plan de Estabilidad con propuestas creíbles para disminuir el déficit público (11,9% del PIB), la deuda pública (que superará el 70% en 2012) y la tasa del paro, que se sitúa en un 19,5 por ciento.
El último episodio de la cadena de propuestas improvisadas se vivió ayer con la retirada, tres horas después de su anuncio, del aumento del cómputo para el cálculo de las pensiones de los 15 años actuales a los 25. Una medida que demuestra que el Gobierno sigue dando palos de ciego en materia de pensiones y que carece de propuestas serias para establecer una negociación rigurosa con los agentes sociales y con el resto de las fuerzas políticas en la comisión parlamentaria sobre el Pacto de Toledo.
A ello hay que sumar las declaraciones realizadas ayer por el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, el socialista Joaquín Almunia, comparando la economía española con Grecia y Portugal. Unas manifestaciones que ponen en duda si el Gobierno posee la capacidad suficiente para elaborar un plan de viabilidad eficaz para superar el prolongado periodo de recesión económica.
Zapatero debe zanjar su estrategia basada en el anuncio de globos sonda y convocar urgentemente a los agentes económicos y sociales y, por otra parte, a las fuerzas políticas para tratar de diseñar un plan que genere confianza en la ciudadanía y en los mercados económicos.
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