Usar a las personas dependientes fallecidas y el dolor de sus familias como arma política, tal como hace reiteradamente la diputada socialista, Francisco Luengo, es una bajeza moral intolerable y una muestra más de que su demagogia no tiene límites.
No todo vale en política y la diputada del PSC traspasa, una y otra vez, la frontera de lo permisible amparándose en el dolor de las personas afectadas por la triste pérdida de un familiar dependiente.
Decir sin ningún tipo de escrúpulos que el retraso en la tramitación de las ayudas ha hecho que más de 1.500 personas hayan fallecido en el camino forma parte de una estrategia orquestada por el PSOE en todas aquelllas Comunidades Autónomas en las que no gobierna y que tachan de demagogas en aquellos territorios en los que ostentan la Presidencia del Gobierno.
El Ejecutivo autonómico aporta 81 de los 100 euros que se destina a las personas dependientes en Canarias y la Consejería de Bienestar Social está realizando un importante esfuerzo, con un gasto de más de 130 millones de euros en 2009, para atender a más de 30.000 dependientes a través de las vías que existen en las Islas.
Y no me cabe la menor duda que el Gobierno de Canarias trabaja, día a día, para ofrecer el mejor servicio y la mejor atención a las personas dependientes de nuestra Comunidad Autónoma.
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