lunes, 28 de junio de 2010

El honor de la política


El periodista y filósofo, Josep Ramoneda, publicó ayer una reflexión en el suplemento de El País sobre las causas del descrédito de los políticos y la importancia de que, entre todos, pongamos de nuestra parte para poner remedio a una situación que es perjudicial para la inmensa mayoría de la ciudadanía.

Quisiera destacar en este artículo algunas de las frases que, a mi juicio, nos deben servir para recapacitar sobre un problema que ha ido adquiriendo una mayor dimensión a medida que ha ido avanzando la crisis. Ramoneda considera lo siguiente:

- “Los políticos tienen parte importante de culpa en su descrédito”. Y sitúa este descrédito en el proceso iniciado en la década de los ochenta de la mano de Ronald Reagan y Margaret Tatcher contra el Estado social y la privatización generalizada. “En este proceso”, dice Ramoneda, “lo público ha estado siempre bajo sospecha, y como consecuencia el político se ha ido convirtiendo en el chivo expiatorio. Y la mecha ideológica ha prendido”.

- “Los medios de comunicación dan por supuesto que el político es sospechoso. Se podría decir que es el único grupo institucional frente al que se parte de la presunción de culpabilidad. En los escándalos de corrupción, el punto de mira está puesto en los políticos, olvidando algo fundamental: que no hay corrupto sin corruptor”.

- “Una consecuencia de este clima es que cada vez hay menos gente con sentido de la responsabilidad y talento que quiera entrar en política. Nadie quiere verse en riesgo de ser señalado públicamente como un delincuente, simplemente porque este juego funciona así”.

- “Ciertamente, los políticos han colaborado con contumacia para llegar a este estado de la cosa pública. En el juego entre el amigo y el enemigo en que se convierte toda querella política vale todo. Sin querer darse cuenta de que se están perjudicando ellos mismos”.

- “El partido que, por efecto de acción-reacción, trata de ensuciar al adversario sabiendo que no es culpable de nada debería calcular que en cualquier momento puede ser pagado por la misma moneda”.

- “La defensa de la política se está convirtiendo en una urgencia. Cada paso más en su descrédito es un triunfo del poder económico en su intento de controlarlo todo. Sin política, es la inmensa mayoría de la ciudadanía la que queda al pairo. Por eso, creo que tenemos que exigirnos y exigir a todos los sectores implicados -política, justicia y medios de comunicación- mayor ecuanimidad en el juicio crítico. No hay nada que favorezca más a los corruptos que la sospecha generalizada. Si se tira indiscriminadamente contra todos -corruptos y no corruptos-, es evidente que los que salen beneficiados son los corruptos y los corruptores. Hay que defender el honor de la política y de los políticos responsables, que son muchos, precisamente para que no queden impunes los políticos corruptos”.

Ustedes tienen la palabra. 

2 comentarios:

  1. josé luis gonzález delank6 de julio de 2010, 0:28

    totalmente de acuerdo, un país sin política es un pais perdido

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  2. Y, sobre todo, José Luis, los ciudadanos reclaman más sosiego y consenso.

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